Vecinos de Horta piden salvar del deterioro al Parc del Laberint

El Parc del Laberint d'Horta es el más antiguo de la ciudad de Barcelona (data del siglo XVIII), un remanso de paz a las puertas del Parc Natural de Collserola y uno de los pulmones verdes de los vecinos del distrito de Horta-Guinardó y de toda Barcelona, que junto a habitantes del resto de la capital catalana han llenado estos jardines durante las largas semanas de confinamiento perimetral durante la pandemia. 

En esos días en los que cualquier contacto con la naturaleza se convertía en más que una necesidad, los controles de aforo que rigen en el recinto hicieron que las colas de personas esperando su turno para acceder fueran la estampa de cada fin de semana.

Algunos de lo vecinos que han visitado esta área verde en este tiempo de pandemia han dejado constancia en las redes sociales de su descontento con el estado de conservación que presenta tanto el parque como el laberinto y el palacio que dan personalidad al recinto, que es de pago desde hace años (a excepción de los jueves y los domingos) y gratuito para residentes en la zona y jubilados. La propiedad del conjunto la ostenta el Ayuntamiento de Barcelona desde los años setenta del siglo pasado (1971). 

A pesar de que el Ayuntamiento de Barcelona recauda unos 150.000 euros anuales de los importes de las entradas (2,23 euros), las tareas de mantenimiento del parque son costosas y solo cubren el 20% de los más de 700.000 euros al año del presupuesto.

"Indignante e intolerable"; "Una pena"; "Patrimonio abandonado" o "Dejado y sucio" son algunos de los calificativos de visitantes del parque en las últimas semanas. Se quejan de que, siendo además de pago, presente este estado bastante mejorable. 

20minutos.es ha hablado con Joan Termes, vocal de Patrimonio de la Associació de Veïns d'Horta, y un gran conocedor de este parque. Nos indica que el laberinto está "bastante bien cuidado" pero, en algunas zonas, los cipreses que dan personalidad a este monumento vegetal no son lo suficientemente tupidos y dejan ver el vallado metálico que los sostiene, como se puede ver en la imagen superior de este artículo. 

En 1994 se hizo la última restauración 
de la que se tiene constancia en 
este jardín-museo histórico

En 2015, se inició una reforma de la red hidráulica del Parc del Laberint tras detectarse fugas de agua en algunas de las fuentes del parque, lo que mejoró el subsuelo, pero no dejó huella en su fisonomía natural. 

HUGO FERNÁNDEZ

Termes también destaca que el lago de la zona central, en el que antes se podían ver peces japoneses que perecieron por una plaga, "no se han repuesto" y resalta, además, que el conocido como jardín doméstico sigue prohibido al público "sin saber aún el por qué" de esta decisión. Los pequeños pabellones a los que se accede desde las escaleras también están en mal estado de conservación y vallados.

El Palau del Marquès d'Alfarràs, sin calendario de obras 

Los vecinos celebran que el Ayuntamiento impulsara el pasado 22 de abril en comisión un proyecto ejecutivo de restauración del Palau del Marquès d'Alfarràs, de estilo neo árabe, por valor de 4,1 millones de euros, que desde hace años está vallado y es inaccesible para el público por el peligro de derrumbe y los desperfectos y humedades que presenta bien visibles en la fachada (con grietas y presencia de malas hierbas) y en la zona amurallada. Las ventanas no tienen cristales y una parte del techo cayó hace unos años.

Pero recelan de que este proyecto acabe prosperando y ejecutándose (para lo que necesita de disponibilidad presupuestaria, de la que aún no se tiene constancia), como ha sucedido ya en otras ocasiones. 

HUGO FERNÁNDEZ

Piden que se concrete un calendario de obras que se adjudique lo antes posible y que también se comunique quién será el encargado del costoso mantenimiento una vez reformado o si este edificio albergará alguna actividad pública o privada que pueda encargarse de financiar su conservación. Una de las alas se reformó y desde 1994 alberga el Institut de Parcs i Jardins. En ese mismo año se hizo la última restauración de la que se tiene constancia en este jardín-museo histórico.

La asociación de vecinos propuso en 2017 que acogiera una escuela de jardinería o un centro de interpretación del Parc de Collserola. En el pasado, también se mostró interesado en usarlo el consulado de Marruecos. Lejos quedan los tiempos de esplendor de este palacio del siglo XVIII, que durante el siglo XIX albergó las fiestas más fastuosas de la burguesía barcelonesa. 

Mejoras a acometer este año y en 2022

El consistorio explica a este diario que este año está prevista la instalación en el parque de un nuevo vallado en el perímetro que linda con el Parc Natural de Collserola «para minimizar la entrada de jabalíes en determinados momentos del año».

Además, en 2022, habrá actuaciones de estabilización de los taludes y muros de piedra así como de plantación de parterres de hiedra y vivaces, de mejora de caminos con arenisca estabilizada y bordillos, de mejora del riego, de renovación de bancos y papeleras y de rehabilitación de los lavabos de la zona de la balsa grande.

En estos momentos se está redactando el proyecto ejecutivo de unas obras presupuestadas en un millón de euros.